lunes, 5 de octubre de 2015

Mes 1: Liceo, senderismo y Sachertorte

Estoy en un tren rumbo a la orientación de arribo de YFU junto a otros (bueno, otras) estudiantes de intercambio que, como yo, viven en Vorarlberg. Vamos a pasar el fin de semana en Micheldorf, cerca de Linz, en un fuerte.

Ya pasó un mes. No puedo creer realmente que el tiempo pase tan rápido. Por un lado parece que hubiera llegado recién ayer, pero por el otro, he hecho tantas cosas, visto tantos lugares y conocido tanta gente nueva que me siento como si llevara acá una vida. Por eso quiero advertirles que esta entrada va a ser larga. Muy larga. Si no quieren leerla, pueden solo ver las fotos. Van a ser muchas fotos, lo prometo.

De lo primero que quiero hablar es del liceo. La verdad que tenía tremendo miedo del primer día porque no iba a ir sólo a un nuevo liceo, sino que iba a ir a un nuevo liceo en otro país, donde todos hablaban un idioma que no entiendo y además el liceo en cuestión era muy diferente a lo que estaba acostumbrado: un liceo público, gigante, con cuatro pisos y más de 2000 alumnos. En comparación con mi pequeño liceo uruguayo de unos 150 estudiantes, esto era básicamente un mundo completamente nuevo.

El Gymnasium Schillerstraße se alza imponente (bueno no tanto) en Feldkirch, una ciudad medieval a unos 20 minutos de Altach en tren. Me tengo que levantar a las seis de la mañana, tomar el tren (que es extremadamente puntual) a las 7:12 y a las 7:30 estoy en la estación de Feldkirch, desde donde me tomo un ómnibus al liceo, que comienza sus clases a las ocho. Los días de liceo acá son mucho mas largos que en Uruguay: los martes salgo a las seis de la tarde (sí, 10 horas en el liceo) y los jueves a las cinco. De todas formas siempre hay pausas al mediodía para que podamos salir a la ciudad a comer.

Y cuando salgo a comer, saco fotos

El liceo

El liceo más de cerca

Omaigod, cuanta suciedad y desorden, mis pulcros ojos no lo toleran.

Vista desde... una ventana


En mi clase somos 25 alumnos (creo) y si bien al principio no hablé mucho con ellos, luego me fui atreviendo a intentar hablarles más. En algunos fui yo quien tuvo que dar el primer paso a la hora de conocer gente nueva, algo a lo que no estaba tan acostumbrado, pero de todas formas salió ( o mejor dicho, va saliendo) bastante bien.

No soy el único estudiante de intercambio en mi clase, sino que también hay una chica italiana que está en Austria por 3 meses y que vino por AFS. Además de ella, hay en el liceo otros estudiantes de intercambio: una chica de Estonia, una de Canadá, otra de Suecia y otra de Estados Unidos. Las primeras tres, al igual que yo, vinieron por YFU. Todos los miércoles tenemos todos juntos un curso de alemán para extranjeros que se da mismo en el liceo. Además de los 6 estudiantes de intercambio, hay otros alumnos del liceo que también son extranjeros y están aprendiendo el idioma al igual que nosotros.

Con mis compañeros de clase hablo alemán (un poco) e inglés. Mi alemán está mejorando un poco cada día y hasta he podido mantener algunas conversaciones! Pero también hablo un poco de español, ya que es una materia acá en el liceo, aunque es español de España lo cual me resulta muy divertido de escuchar, porque mis compañeros hablan con acento español (marcando las zetas y todo eso) al igual que a ellos les causa gracia que yo pronuncie palabras como "playa" y "rodilla" como "plasha" y "rodisha".

Como no entiendo nada, saco fotos

Como el liceo es gigantesco, naturalmente tiene muchas actividades extracurriculares que ofrecer, y como yo estoy en Austria para probar cosas nuevas, me inscribí en cocina, escalada (tienen un muro para escalar con piedras de colores, arneses y tutti) y en una materia llamada Thriller, impartida en inglés y en la que vemos películas y leemos libros del género Thriller (en inglés). Es lo mas cercano a un club de lectura que encontré y además voy a poder practicar mi inglés.

Algo que me llamó la atención del liceo (pero que acá es muy normal) es el hecho de que no está permitido usar calzado de exterior dentro del mismo. Los alumnos tienen casilleros (yo comparto uno con la chica de Estonia) en donde dejan los zapatos que usan en la calle y se ponen "Hausschuhe" o zapatos de casa. Pueden ser pantuflas, sandalias, alpargatas (aunque acá no son muy comunes), crocs o podés andar en medias por el liceo. Yo uso crocs, pero con medias y jeans porque mi sentido de la moda es el mas fino entre los finos.
En las casas es lo mismo: entras y te sacás los zapatos.

I'm so fancy, you already know... ♪♫

El miércoles 30 de setiembre, fuimos con mi clase a Dornbirn, otra ciudad, a hacer senderismo. Para los que no sepan, senderismo es caminar por las montañas, generalmente cuesta arriba, por lo que puede ser muy cansador. Como en Uruguay no tenemos montañas, estoy descubriendo el senderismo en Austria y ya he ido tres veces. Una vez con Annika, otra con Annika y mi madre anfitriona (en donde llegamos a estar a 1460 metros de altura porque somos hardcore y no nos importa nada) y esta tercera vez con mi clase. Lo que más me gusta del senderismo son los paisajes. Cuanto más alto estás, mejor es la vista de las montañas, la vegetación y las casitas de madera que adornan el ya de por sí peliculesco entorno.
A continuación, algunas fotos del día de senderismo con el liceo, y otras del día con Annika y Eva.








Le saqué una foto al cartelito para que me crean que llegué hasta ahí






















Con Betta, la estudiante de intercambio de AFS que está en mi clase




Además de ir a las montañas también visité varias ciudades. Además de Viena e Innsbruck, también visité Feldkirch (aunque ahora voy cinco veces por semana) Krems y Götzis. Como ven, he visitado muchas ciudades y pueblos. Sin embargo, hay algo que me sigue maravillando de Austria y es esa capacidad tan increíble de mezclar lo viejo con lo nuevo. Lo natural con lo cosmopolita. Ciudades medievales que tienen edificios modernos, pero que no parecen fuera de lugar, sino que forman parte del paisaje como cualquier otro edificio o fuerte o castillo de vaya a saber uno de que siglo. También me sorprenden la cantidad de espacios verdes: aunque estés en el centro de la ciudad, no importa a donde mires,  podes ver las montañas a lo lejos y siempre hay en algún lado alguna plaza o parque o simplemente una extensión de pasto y árboles. Esa combinaciónde campo-ciudad es una de las cosas que más me ha gustado: el aire puro y los hermosos paisajes junto a los edificios de oficinas, las estaciones de tren y el movimiento típico de las ciudades. Eso es algo que se ve no sólo en ciudades pequeñas como Feldkirch, sino también en Inssbruck o en Viena.

Esa torre es más vieja que Uruguay

                            
Una ciudad en donde hice más que "una visita" fue Krems. Krems es una ciudad cerca de Viena, y es donde vive Annika, que está estudiando en una universidad allá. Fuimos Eva, Annika y yo, con el fin de llevar hasta Krems las últimas pertenencias de de Annika a su nuevo apartamento y además acompañarla a comprar cosas nuevas para el mismo. Para comprar fuimos a IKEA, un popular hipermercado especializado en muebles y decoración de hogar. Sus cosas son relativamente baratas y son ideales para ambientes pequeños.
Estuvimos metidos ahí como 3 horas, tal vez más (en un momento perdí la cuenta) porque Annika necesitaba muchas cosas, pero pudimos comer ahí y todo.



También en Krems fuimos al shopping a comprar ropa para mí. Fuimos a H&M y a otro local en donde me terminé llevando unos buzos y pantalones nuevos, además de ir a McDonald's (muy austríaco todo, lo sé). Pero el McDonald's de acá tiene muchísimas más cosas: desde la variedad de hamburguesas hasta unas papas fritas que estaban tipo enrolladas y tenían forma de tirabuzón. Además de que no hacía falta ir hasta la caja para pedir, porque tenían unas especies de cajeros automáticos (tipo en la forma) con pantalla táctil en donde elegías un menú y te daba un ticket, que llevabas a la caja y pagabas ahí. Igualito al McDonald's de Ejido.


Por último, pero no menos importante, está la Sachertorte. La Sachertorte es una torta de chocolate y mermelada que es la prueba definitiva de que la perfección existe. Yo, como persona sana y fitnesstástica que soy, comí en este mes 7 trozos de Sachertorte. Sí, no uno ni dos. Siete. Y no me arrepiento de nada. Por supuesto que ahora voy a empezar a comer menos porque no es exactamente barata, pero el primer mes de intercambio es el primer mes de intercambio.

Esto es una Sachertorte

Y hablando de primeros meses, así fue más o menos el mío. Descubriendo, aprendiendo y viviendo mil cosas. Espero que los meses que me quedan sean aún mejores, y que pasen más despacio.

Bis das nächste post!
Emiliano

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